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¿Son preocupantes los derrames oculares?

autor Enzo Argüelles
tiempo de lectura 2 min
Actualizado: 5 jun 2017Publicado: 12 may 2017

El derrame de los ojos es una manifestación muy frecuente y generalmente inofensiva que se produce por la ruptura de los pequeños y frágiles vasos sanguíneos, que hay debajo de la conjuntiva. La conjuntiva es una laminilla casi transparente que recubre la parte blanca del ojo y el interior del párpado, y que sirve al ojo de barrera frente al exterior.

Los restos de sangre se acumulan entre el ojo y la conjuntiva, es por ello que se denomina hemorragia subconjuntival o hiposfagma. Con frecuencia nos percatamos de su existencia al mirarnos en un espejo o por que otra persona nos lo dice.

Causas

Se suele producir por algún traumatismo que en ocasiones puede haber pasado desapercibido o por algún esfuerzo físico u otra manifestación que provoque un incremento súbito local de la presión arterial o venosa, no necesariamente intenso ni duradero, pero que puede ser suficiente para producir la hemorragia.

Maniobras como estornudos, accesos de tos, vómitos, levantar peso bruscamente con los brazos, etc., pueden aumentar la presión de las venas de la conjuntiva y romperlas.

En otras ocasiones el derrame puede estar motivado por aumento de la presión de las arterias pudiendo ser una manifestación de hipertensión arterial, y en más raras ocasiones relacionarse con algún problema de la coagulación de la sangre.

Tratamiento

En el hisposfagma no se afecta el ojo ni por consiguiente la visión, no molesta y poco a poco se va reabsorbiendo, curando espontáneamente y sin complicaciones en 8 o 10 días; por ello aunque estéticamente pueda resultar muy aparatoso no requiere ningún tipo de tratamiento.

Excepcionalmente se indican lágrimas artificiales, cuando el hiposfagma es grande y hace relieve para que moleste menos al parpadear.

Diagnóstico

Es necesario examinar el ojo, no por el hiposfagma en sí, sino por si la contusión ha tenido consecuencias en el propio globo ocular y para descartar que se trate de una hemorragia interna del ojo donde la visión si suele esta afectada. También se recomienda tomar la tensión arterial para descartar crisis hipertensiva o cifras tensionales altas.

En aquellas personas que presenten derrames oculares con mucha frecuencia, sobre todo si se acompaña de hemorragias cutáneas, podría estar indicado pedir una analítica de sangre que descarte alteraciones en la coagulación.

Este cuadro no se relaciona con el aumento de la tensión ocular ni con el glaucoma.

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