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Ventajas e inconvenientes de los pañales

autor Enzo Argüelles
tiempo de lectura 5 min
Actualizado: 11 sept 2017Publicado: 10 sept 2017

Ser madre o padre es una tarea a tiempo completo. Especialmente si se trata de la primera vez. Porque a medida que vayamos conociendo al pequeño nos irán surgiendo mil dudas: ¿Son estos pañales adecuados para él? ¿Cuál es la mejor forma de que no se le reseque la piel? ¿Qué tipo de gel o champú son los más indicados?

Para aclararnos, solo hay que fijarse en los principales productos de higiene infantil disponibles en el mercado. A partir de ahí, la experiencia y la información nos sirve para desmitificar y desmentir algunos aspectos, así como para dar unas pautas recomendables para el pequeño. Porque no siempre va a ser necesario gastar mucho dinero para tener lo mejor para el niño. ¡Es el momento de rentabilizar!

Cómo usar los pañales de tela

Aproximadamente, hasta los dos años de edad, los niños no se van a valer por sí mismos para hacer sus necesidades. Es por eso por lo que los pañales forman parte de esos elementos imprescindibles para el cuidado del bebé. En este sentido hay dos tipos principales, de tela o desechables. ¿Cuál es más adecuado?

Los pañales de tela son, para muchas madres, cosa del pasado. Hace no muchos años eran la única opción posible y, en la actualidad, también se han modernizado con mejoras notables. Por ejemplo, existen toallitas desechables para colocar entre el pañal y el bebé o pañales de tela con una zona central más absorbente.

El precio es una de las principales ventajas de este producto. No solo se pueden adquirir por poco dinero sino que son reutilizables, por lo que parece una buena alternativa, y aún más en tiempos de crisis. Además, es una opción ecológica al no generar más residuos que los inevitables.

Eso sí, hay que ser muy cuidadosa y meticulosa con la higiene, ya que han de lavarse cada vez que se usan. El lavado, por su parte, debe realizarse a altas temperaturas para eliminar todo tipo de gérmenes y prevenir posibles infecciones.

Pañales desechables

Los pañales desechables son una alternativa más habitual por su comodidad. El objetivo principal de éstos es mantener el culito del bebé seco durante más tiempo, algo que se consigue por su elevada capacidad de absorción, consiguiendo empapar más líquido del que el niño puede evacuar. Su revestimiento interior hace, además, que el líquido se mantenga alejado del bebé durante más tiempo y tienen la ventaja de que son muy ligeros.

Los pañales pueden contribuir a la dermatitis del pañalIndependientemente de si eliges pañales de tela o desechables, debes tener cuidado con la dermatitis del pañal, lo que comúnmente se denomina el “culito irritado”. A veces, no es relevante lo buenos que sean los pañales o lo cuidadosos que sean los padres, porque la orina o las heces, al contacto con la piel, pueden producir inevitablemente esa rojez que irrita la piel del niño. Si no se trata correctamente, puede derivar en alguna alergia o infección, por lo que hay que ser cuidadosos en este sentido y acudir al médico a que estudie lo mejor para cada caso.

También hay que tener en cuenta que los pañales desechables están compuestos de celulosa y otros plásticos, por lo que han de depositarse en lugares adecuados para ello. Ya sea por la comodidad, concienciación ecológica o precio, la salud de tu bebé es lo más importante, así que no escatimes, piensa bien y repara en las ventajas e inconvenientes de ambos tipos de pañal.

Gel de baño

Aunque pensemos que todos los productos de higiene son inocuos para la piel, hay que tener mucho cuidado cuando tratamos con bebés. La piel de un niño o de un recién nacido es muy delicada, y por ello hay que cuidarla al máximo. Para evitar que la piel del pequeño se seque o se irrite, son necesarios jabones específicos, que normalmente son más suaves que los geles para adultos.

Debemos tener en cuenta que el bebé se ensucia menos, por lo que no es necesario utilizar una gran cantidad de jabón. En el mercado encontraremos jabón y en pastilla o líquido, pero lo más importante a la hora de elegirlo es que tenga pH neutro o muy próximo al de la piel, pudiendo ser ligeramente ácido, porque los jabones convencionales son muy alcalinos y pueden ser perjudiciales para ellos.

El gel para niños debe tener un pH próximo al de la pielTambién se pueden elegir espumas de baño, que se diluyen en el agua y forman una espuma limpiadora, perfecta para aquellos bebés a los que no les gusta que les froten –en cualquier caso, el gel convencional tendrá que esparcirse con una esponja muy suave-. O, por otro lado, se puede optar por productos a base de ceras y almidón, es decir, los llamados no jabonosos. En cualquier caso, el uso de estos jabones durante los primeros meses debe limitarse únicamente al cuerpo, mientras la cara debe lavarse con agua.

Champú para bebés

Aproximadamente, hasta el tercer o cuarto mes, no es necesario utilizar champú para bebés, y el cabello del niño puede lavarse únicamente con agua. Una vez transcurrido ese tiempo, se pueden empezar a usar champús pero, al igual que con el gel, hay que fijarse en que su pH sea similar al de la piel, es decir, que sea neutro.

Aunque los champús para bebés están fabricados para que no lloren o escuezan los ojos, asegúrate de no frotar demasiado cerca de esa zona. Un consejo es que utilices una pequeña cantidad de producto mezclada en agua. Con este método, además, ahorramos champú, del que no vamos a necesitar grandes cantidades debido a que el pelo del bebé suele ser fino y escaso.

Por otro lado, también relacionado con el cabello, hay que tener especial cuidado cuando peinemos al bebé, pues se puede dañar el cuero cabelludo si no se hace con cuidado. Para ello lo más aconsejable es utilizar un peine con cerdas muy suaves especial para bebés o uno blando de puntas redondas.

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