¿Cómo elegir las cremas solares?
Es indiscutible que las cremas solares tienen una función más que beneficiosa para la piel. Gracias a ellas se pueden paliar los efectos de los rayos UVA sobre la misma, que causan su envejecimiento prematuro, quemaduras e incluso aumentan el riesgo de cáncer cutáneo. No obstante, es muy importante saber leer bien las etiquetas de las cremas solares.
El grado de protección de estas cremas viene normalmente indicado con un número (baja de 6 a 10, media de 15 a 25, alta de 30 a 50 y muy alta 50+), que vendrá acompañado en su envase de las siglas SPF, IP o FP, que se refiere al propio índice o factor de protección. Lo recomendable en cualquier caso es que dicha protección sea, como mínimo, media.
Hay algunas menciones algo confusas que es importante diferenciar. Por ejemplo, las palabras “testado dermatológicamente” (sin ningún estudio mencionado que avale esa afirmación), “protección duradera” o “resistente al agua”. Los términos “duradero” o “resistente” son algo ambiguos. Hay que tener en cuenta que ninguna crema protege al 100% la piel ni mantiene sus efectos durante horas, por lo que hay que aplicar crema solar de forma periódica si se está expuesto al sol.
Entre sus ingredientes, algunas firmas incluyen la vitamina C por sus efectos antienvejecimiento, aunque se cree que es más efectivo que esta vitamina llegue al organismo de forma ingerida. Asimismo, es recomendable evitar componentes como limonene o linatol, perfumes muy alergénicos contraindicados para pieles muy sensibles.