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Google revela algunos secretos de su nueva oficina en Londres… hasta con inodoros inteligentes

autor Enzo Argüelles
tiempo de lectura 8 min
Publicado: 5 jul 2017

Google está a menos de un año de comenzar la construcción de un macro edificio en Londres, de 300 metros de largo y 11 pisos, valorado en unos mil millones. Pero como siempre ocurre con Google, lo más apasionante es conocer cómo será su interior y qué ‘lujos’ tendrán los empleados, de los que ahora han desvelado que hasta podrán comer langosta gratis, o dormir la siesta en cámaras especiales valoradas en unos seis mil euros, o… ir al cuarto de baño para gozar de unos inodoros de más de 10.000 euros cada uno, con calefacción, limpiadores incorporados y secaderos.

Google es considerada una de las mejores empresas del mundo para trabajar, y lo cierto es que, sin duda, se trata de una de las compañías del mundo que más se preocupa por retener el talento. Con ese objetivo comenzó en 2012 un proyecto de investigación, cuyo nombre es ‘Aristóteles’, con el que Google estudia y analiza lo que se necesita para construir el equipo profesional perfecto.

En ese proyecto llegan a conclusiones tan de detalle como que si uno de los jefes de Google saluda a un nuevo trabajador en su primer día en la oficina, ese profesional será un 15 por ciento más productivo durante los primeros nueve meses en la compañía.

El departamento de recursos humanos de Google es conocido dentro de la empresa como ‘Pops’ (nombre completo ‘People Operaciones’) y dicen de él que es uno de los equipos analistas de personas más minucioso del mundo.

El primer objetivo del departamento de personal, tras la selección, es generar el ambiente perfecto para incentivar la creatividad. Y son conscientes de que una persona feliz, cómoda y contenta, saca mucho más partido de sus potencialidades.

Así que el nuevo edificio de Londres, en el que trabajarán 7.000 empleados va a tener de todo.

La azotea será una huerta

En la azotea habrá un maravilloso césped y se podrán cultivar frutas y plantas varias, cada uno en su parcela. Y ya hay lista de espera para conseguir tu propia parcela. También habrá una piscina olímpica de tres carriles que incorpora máquina de olas y cintas de correr bajo el agua. Y cancha de baloncesto, zona para correr, toboganes, piscina de bolas, saunas, centros de masajes…

¿Por qué reservar una sala de reunión aburrida, cuando se podría convocar con sus colegas en una tienda de campaña, en una bicicleta – o incluso en una bañera?

Ya hay en casi todas las oficinas de Google salas de siesta, equipadas con cierres herméticos para las puertas, similares a las de los submarinos, que aíslan completamente de la luz y del sonido.

Siestas en cámaras especiales

Pero en la nueva sede darán un paso más y tendrán cámaras especiales valoradas en unos seis mil euros y fabricadas en Nueva York por la marca MetroNaps, que pretenden “mejorar el humor, la creatividad y el aprendizaje, así como aumentar el estado de alerta y la productividad”.

Se trata de un artilugio futurista que se asemeja a sillas reclinables con una especie de huevo encima, que parece cerrarse sobre el cuerpo. Están pensados para un descanso de unos 15 a 20 minutos y con una ‘posición de gravedad cero’ (con la cabeza hacia abajo y los pies elevado) mientras se escucha música relajante. Y cuando se cumple el tiempo, la máquina vibra y emite unas luces intermitentes para despertare al empleado.

También habrá en la nueva sede de Google paredes de escalada en roca, pistas de voleiplaya, pistas de patinaje, pistas de atletismo, ‘putting green’, boleras, canchas de baloncesto, campos de fútbol, mesas de ping-pong y salas de juegos de mesa.

Para los tipos menos deportivos hay bibliotecas móviles que también ofrecen cursos de idiomas, desde español a mandarín.

Y en vacaciones, nada mejor que los planes organizados por la propia compañía en forma de viajes de esquí anuales, picnics de verano y fiestas temáticas, para mantener en todas las fechas el objetivo de que los empleados pasen la mayor parte del tiempo libre con sus colegas

Cuatro restaurantes de lujo y langosta gratis

La comida es una de Las cuestiones fundamentales en la vida de Google, y uno de sus fundadores, Sergey Brin, dijo allá por 1998, cuando la empresa comenzó, que “nadie debe estar a más de cien metros de distancia de los alimentos”

La nueva sede de Londres tendrá cuatro restaurantes de gran calidad y, como en todas las oficinas de Google, es gratis. Y podrán comer langosta, pastelería recién horneada, helado casero… Un menú y una calidad dignas de un restaurante con una estrella Michelin.

Con todos estos beneficios no es de extrañar que a la hora de elegir a los candidatos los sometan nada menos que a cinco exigentes entrevistas y los bombardean con complejos rompecabezas y adivinanzas. Y si su currículo es cuasi perfecto, los sorprenden con preguntas como ¿cuántos cortes de pelo se hacen en este país cada año? ¿Puede diseñar un plan de evacuación de este edificio?…

Y claro, después de haber puesto todo el esfuerzo en la contratación de un empleado, a Google no le gusta que se vayan. Incluso si se van procura mantener contacto permanente con ellos, ofrecerles asesoría profesional, convocarlos a eventos en las redes…

Y los empleados que se mantienen en la empresa son sometidos a inspecciones regulares, pruebas de personalidad y perfil psicológico – basado en las preferencias de todo, desde sus comidas favoritas a la frecuencia con que utilizan el gimnasio – y la compañía utiliza estos datos para medir la productividad y la ambición.

Los nuevos miembros del personal de Google son conocidos como ‘Nooglers’, mientras que los ex empleados, de los cuales se estima que hay 20.000 en todo el mundo, son ‘Xooglers.

Objetivo: Todo lo bueno está en el trabajo

Google hace todo lo posible para que los servicios y la comodidad sean tan elevados, que sus empleados no tienen necesidad de salir del trabajo casi para casi nada. La empresa tiene médicos que te atienden allí mismo, dentistas, fisioterapeutas, peluqueros, esteticistas… incluso un servicio de limpieza de zapatos, y asesoramiento jurídico para tus cuestiones personales. Y en la mayor parte de los casos hablamos de servicios gratuitos.

No hay que ir a casa ni para hacer la colada. El personal lleva la ropa sucia a su trabajo y allí tiene lavadoras a su servicio, e incluso puede pedir dejar alguna prenda para que le hagan limpieza en seco.

Claro que no todos dedican su vida a alabar el sistema de Google. También hay ex empleados muy críticos con el sistema con lo que ellos llaman ‘el ojo que todo lo ve’, Y llegan a considerar a la compañía como algo similar a lo que George Orwell llamó el ‘Gran Hermano’. Y un director de producto de la compañía asegura que el año pasado a los trabajadores se les prohibió hablar con su cónyuge o amigos acerca de su jefe, y se les advirtió de que o podrían hablar de Google en futuras entrevistas de trabajo.

En un primer momento a los empleados les encantan todos estos servicios, si bien con el tiempo algunos se acaban dando cuenta de que toda su vida es sólo Google. Y eso a muchos les acaba preocupando por lo que podría suponer una dependencia de su trabajo… mucho más allá del trabajo. Porque sus amigos son de Google, su descanso se hace en Google, su ropa la lava Google, sus asesores son de Google, y hasta sus restaurantes están en Google. Realmente todo está montado para que apenas sientan la necesidad de salir de Google.

Analizan hasta las colas de los restaurantes

Y tienen estudiadas hasta las colas de los restaurantes. Suelen ser largas y lentas porque como dice Dan Cobley, ex director general de Google UK: “Sabemos que nuestros empleados van a conversar mientras esperan. Y algunas de esas charlas se convierten en ideas. Y las ideas se convierten en proyectos”.

Los restaurantes son tan buenos que dicen que los nuevos empleados engordan en los primeros meses. Así que la compañía está animando al personal a servirse raciones más pequeñas, y han puesto los dulces al fondo del bar y en recipientes opacos, mientras las frutas y los frutos secos se colocan en frascos transparentes y alrededor de los puestos de trabajo.

Está bien visto ir a trabajar con el perro

Otra peculiaridad de Google tiene que ver con los perros de sus empleados, que son muy bienvenidos a la oficina. De hecho, el código de conducta de los empleados dice que “el afecto de Google para nuestros amigos caninos es una faceta integral de nuestra cultura corporativa”.

Así que todo el mundo puede acudir al trabajo con su perro siempre que lo tenga bajo supervisión, por no decir control. Y están convencidos de que los beneficios de ir a trabajar con el perro superan con mucho a las molestias que suponen para quienes no tienen perro.

Quienes no lo tienen tan bien son los gatos, de los que la compañía dice que “por su salud y su bienestar, con tantos perros alrededor mejor que los empleados no traigan gatos, aunque Google no los discrimina en absoluto”.

Otra de las cuestiones llamativas de Google es el trato que hacen a la hora de la muerte. Si un empleado muere mientras trabaja en la compañía, su cónyuge o pareja de hecho sigue recibiendo el 50 por ciento de su salario cada año durante una década. Pero aún es más sorprendente que no hay un plazo mínimo de antigüedad que permita sumar este beneficio social. Y aunque el empleado lleve sólo una semana en Google, tiene derecho a todos estos beneficios.

Beneficios sociales aunque llegases ayer

Para los padres existen pago por maternidad, beneficiosos permisos paternos y maternos a incluso un dinero para para pagar los pañales y la carísima comida del bebé.

Hasta en el tiempo dedicado a ir al trabajo intenta incidir Google, que en San Francisco ha montado un servicio de transporte gratuito con wifi para que los empleados puedan estar trabajando en medio del atasco. Y si vas en tu coche, puedes conseguir que te lo laven, le cambien el aceite…

Finalmente, por si faltaba algo, hasta para ir al cuarto de baño es mejor hacerlo en Google, que está equipado con inodoros japoneses ‘Toto’, super artilugios de alta tecnología con asientos con calefacción, limpiadores incorporado y secaderos, que cada uno tiene un coste superior a los diez mil euros.

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