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Guía práctica para moverse por Sicilia: uno de los paraísos del Mediterráneo

Un impresionante volcán, la mafia, playas increíbles, basura, comida exquisita, conducción imposible… Es Sicilia. Una isla de contrastes. Un paraíso del Mediterráneo. Y esto es una guía práctica para saber qué hacer… y hasta qué comer.
autor Viajando Con Héctor
tiempo de lectura 8 min
Publicado: 16 sept 2021

La isla italiana de Sicilia se ha convertido en uno de los mayores centros turísticos de Europa. Pero su historia, su belleza natural y su gastronomía contrastan con realidades modernas que pueden no resultar agradables a todos sus visitantes.

Por eso, para disfrutarla plenamente, a Sicilia hay que ir con la mente abierta y con voluntad de dejarse llevar.

Aquí van unos consejos para saber a qué atenerte e ir precavido.

Planificación previa, imprescindible para viajar a Sicilia

Sicilia es un paraíso natural y cuenta con una arquitectura e historia magníficas.

En cualquier estación del año te enamorarás de ella. Pero hay un atractivo que solo puede aprovecharse con buen tiempo: las playas.

Aunque muchas sean privadas y el resto estén repletas de gente, hay que buscar un hueco y disfrutarlas porque merece la pena.

Por eso primavera-verano es mi época favorita para visitar Sicilia.

Claro que a quien esto escribe le gusta el calor. Y en Sicilia hace mucho calor.

Tanto que este mismo año de 2021, en el mes de agosto se ha batido el récord histórico de temperaturas de toda Europa, con 48,8°C en Siracusa.

Así que si quien lee no es tan fan de las altas temperaturas, será mejor ir en mayo-junio.

Alojamientos

Los alojamientos en Sicilia son muy variados, aunque como en todas partes los precios dependen mucho de la temporada, del lugar y, por supuesto, de la calidad del alojamiento.

Pero la isla tiene la ventaja de que hay muchas posibilidades muy céntricas en ciudades grandes como Palermo.

Y aunque en verano salen caros, cogiéndolos con tiempo (al menos un mes), es fácil encontrar habitaciones por unos 20-25€ por persona y noche.

  •  Los pueblos y ciudades del centro de la isla son más baratos.
  • Las ciudades medianas cerca de la costa, como Siracusa, Trapani y, especialmente, Cefalù, son más caros.
  • Y no hablemos ya de pueblos de playa como San Vito lo Capo.

Si estas localidades están en tu itinerario, contrata el alojamiento con tiempo si no quieres que se te vaya mucho dinero por ahí.

En algunas ciudades como Siracusa o Palermo también está como opción ir a un hostel donde compartir habitación, con un precio acorde.

Transporte interior

Es un tema importante que debemos planificar antes de salir de viaje.

Porque en la isla el transporte público es, por lo general, malo e irregular. Así que, salvo excepciones, lo mejor para un turista es moverse en coche.

El precio del alquiler de coche también depende de la demanda. En agosto salen bastante caros, cerca de los 800€ por una semana. Y aunque es verdad que en otros meses sale más barato, tampoco es una bicoca.

Un consejo práctico: Hay que prestar atención a la página web de reserva. Suelen preguntarte si quieres coger un seguro con ellos, por el que te cobran varios cientos más. En ese momento hay que decir que NO. Porque al llegar al local en el aeropuerto te dirán que no reconocen seguros cogidos por internet y te harán pagar por uno nuevo.

Pero sí que es recomendable llevar seguro.

Precio aproximado unas semana

En total, para una semana en verano con coche alquilado, el precio aproximado sería de más de 500-600€ sin contar vuelos. Aunque, evidentemente, depende mucho de los planes y lugares donde te vayas a alojar y de cuántas personas seáis.

Primeras impresiones:


Aeropuerto

Nada más llegar al aeropuerto de Palermo, habiendo volado en tiempos de pandemia, nos obligaron a hacer un test de antígenos. Independientemente de las pruebas o vacunas que tuviéramos con anterioridad. Esto es algo exclusivo para la entrada de extranjeros en Sicilia.

La organización, nefasta. Caminando al sol cinco minutos para llegar a una nave repleta de gente. Te dan un papel para rellenar con tus datos, pero no había bolis por ningún lado.

Media hora esperando con un calor sofocante a que te llegara el turno. Y, una vez con el test hecho, volver de nuevo a la zona de antes caminando bajo el sol.

Nadie nunca nos pidió ese test.

De hecho, es muy probable que muchas personas salieran del aeropuerto sin hacérselo.

Es un ejemplo de qué puedes esperar a tu llegada, de la desorganización típica.

Transporte

Peor será cuando toque librar la batalla por ser atendido en el mostrador de alquiler de coches.

Se coge número como si de una carnicería se tratase, pero con cada cliente tardan una media de 15 minutos y hay solo dos personas atendiendo. Siendo sinceros hay que reconocer que si no llega a ser por la picaresca española, aún estaríamos allí.

Si no alquilas coche y vas a Palermo, hay tres opciones.

  • La primera es un tren que pasa cada media hora y vale 5,90€. Tarda aproximadamente una hora en llegar a la estación central.
  • La segunda es un autobús con la misma frecuencia y precio similar, 6€.
  • Y la tercera es un taxi. Todos los taxistas te dirán que para ir al centro son unos 50€. La realidad es que pasa de los 60€. Pero si sois grupo grande, el precio se reparte y merece la pena. Te deja en la puerta del alojamiento y tarda la mitad de tiempo.

También hay transporte desde el aeropuerto a Trapani, Marsala, Cefalù o Agrigento, entre otros.

Conducir en Sicilia

Recomendado solo para conductores expertos. Ya sea en la ciudad o ya sea en la autopista, si no estás seguro de tus habilidades es mejor no conducir en Sicilia.

El tráfico en Palermo es horripilante. Los cortes en las carreteras son continuos, con obras en las autopistas cada dos kilómetros. Y el resto de vehículos intentan hacerse un hueco como sea, inventándose carriles aprovechando que en algunas carreteras ni siquiera hay líneas pintadas. Los intermitentes parecen no existir.

En las ciudades se suma que desde cualquier ángulo puede aparecer un peatón en cualquier momento. También entendible porque, siendo peatón, lanzarse casi sin mirar es la única manera de cruzar algunas calles.


Basura

Paseando por la calle escuché a alguien lamentarse diciendo: “Palermo, traffico e immondizia”.

Y, francamente, no hay manera más real de quejarse de Palermo (o de toda Sicilia).

Al tráfico angustioso se unen las montañas de basura que se acumulan en algunas calles. La mascarilla fue útil en muchas ocasiones pero para protegerse del olor.

Y no solo en Palermo. Por cualquier carretera en la que circules verás basura.

Los arcenes de las autopistas más parecen un vertedero. Y la limpieza de las calles brilla por su ausencia.

Llevan así décadas y la mafia tiene mucho que ver. Es una de las grandes batallas de los sicilianos.

Qué comer en Sicilia

Pero basta ya de cosas malas de Sicilia. Ahora toca hablar de lo bueno. Y, a pesar de que lo malo pesa mucho, Sicilia está llena de cosas maravillosas que equilibran la balanza en su favor. Y la comida destaca.

Italia, pizza y pasta. Y Sicilia no lo es menos. Pero hay que añadir ingredientes especiales y típicos como el atún, las berenjenas, el pistacho y las alcaparras.

Un plato simple y barato, pero que igualmente me pareció una delicia fue la caponata. Es, para entendernos, una especie de pisto agridulce donde la berenjena es la protagonista principal.

Las hay simples y las hay con otros ingredientes como atún. De todas las maneras, un plato increíble.

También son típicos en Sicilia los panini. Bocadillos particulares especialmente con rellenos ultracalóricos.

En Palermo, en un lugar maravilloso llamado “’Nni Franco U’Vastiddaru”, había panini de croquetas de patata, de masa de garbanzos frita, de bazo de ternera (buenísimo), y de caponata, entre muchos otros.

Dentro de la gastronomía siciliana es indispensable probar los arancini (o arancine, según dónde). Bolas de arroz rebozadas y fritas y con diferentes rellenos. He probado de espinacas, ricotta, ragú de ternera, jamón con pistacho… Y todos están increíbles.

Yéndonos a lo dulce, no pueden faltar los cannoli, bocados divinos de masa enrollando ricotta y con variedad de ingredientes.

Sin duda, hay cientos de recetas y productos típicos que aquí no he incluido. Pero Sicilia tiene mucha comida buena que ofrecer. Y cualquier puesto de la calle es una oportunidad de descubrir un sabor inolvidable.

El único “pero” son, tal vez, los desayunos. Por lo general solo tienen bollería dulce. Se compensa con un café espléndido y unos helados de texturas indescriptibles.

Pero, a no ser que te recalienten una pizza del día anterior, lo más normal es que de comer solo tengan cruasanes o brioches.

Eso sí, en Sicilia especialmente tienen una gran variedad de rellenos que te hacen al instante. El de pistacho está buenísimo.

Qué visitar

Sicilia tiene tantos lugares adonde ir que, de tener que mencionarlos todos aquí, el artículo jamás acabaría. Ni siquiera durante semanas de viaje podrías visitarlos todos.

En un viaje de 10 días, que no es poca cosa, hay que descartar muchos sitios icónicos si no quieres estar todos los días de un lado para otro. Además, eso tiene la ventaja de que te dejas una excusa para volver.

Idioma y el aire de la mafia

En los sitios turísticos hablan inglés y también suelen hablar español, así que ve sin miedo. Pero sabiendo que si vas a localidades más pequeñas o remotas, es difícil incluso encontrar personas que hablen italiano (el dialecto local, el siciliano, es incomprensible para el resto del país).

Es probable que tengas interés en ver lugares donde se pueda notar el aire de la “mafia”. Castelvetrano, Corleone… son algunos ejemplos.

Ciudades pequeñas con monumentos importantes pero que, debido a su situación particular, están en grave declive.

Se siente el vacío de las calles, la ruina de la mayoría de edificios y la escasa oferta de locales. Es un problema muy profundo y, personalmente, creo que no conviene romantizar la situación con visitas turísticas.

Ciudades que no pueden faltar son Palermo, Agrigento, Cefalù, Taormina o Siracusa, todas incluidas en el Patrimonio de la Humanidad.

Los complejos arqueológicos de Agrigento (el Valle de los Templos), Siracusa o Taormina son joyas que ponen en contexto la extensa historia de la isla de Sicilia.

En Sicilia también hay ocasión de ver naturaleza que quita el aliento, como el volcán Etna, las islas Egadas y las islas Eolias, o simplemente recorrer las costas y el centro de Sicilia, llena de paisajes abruptos y colores vivos.

En definitiva, visita Sicilia. No dejes que su fama, el caos de tráfico y el desorden empañen una isla inigualable. Enamórate de las playas, los templos y la comida. Disfruta de una de las maravillas del Mediterráneo.

Información adicional: Si estás preocupado por el covid-19, Sicilia no es un lugar adecuado. La mascarilla parece no existir y en las ciudades y playas hay concentraciones masivas de personas. Ni la policía respeta las normas sanitarias.

Eso sí, a la hora de entrar a jardines al aire libre donde apenas hay personas, te piden el certificado de vacunación o test negativo.

Ellos son así.

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