Historias Pásalo (1): Doble cadena perpetua por un asesinato… con una cobra
Ocurrió el pasado mes de abril. Suraj Kumar decidió matar a su esposa. Buscó un cazador de serpientes dispuesto a saltarse la ley que prohíbe la venta de ofidios, y pagó 80 euros (7.000 rupias) por una de las serpientes más venenosas del mundo: una cobra de anteojos.
Para recogerla, Suaj hizo algo muy sencillo para él pero que por estos lares nadie se atrevería a hacer: Cogió una vulgar botella de plástico de las de tres litros, le hizo un agujero para que entrara el aire, metió la cobra y se la llevó a su casa.
Trece días después cogió la botella, la metió en una bolsa de plástico y fue caminando con ella hasta casa de sus suegros, a unos 44 kilómetros.
Allí estaba su mujer, Uthra, precisamente recuperándose de una misteriosa mordedura de serpiente.
Un matrimonio con dote para el marido
La pareja se había conocido 2 años antes gracias a los servicios de un corredor matrimonial. Una figura muy habitual en la India.
Los dos tenían procedencias muy diferentes.
Suraj era hijo de un ama de casa y un conductor de rickshaw, que son los vehículos de dos ruedas que se desplazan por tracción humana, corriendo o a pedales, y que tanto vemos en las películas de India o de China.
Uthra, que era tres años más joven y tenía problemas de aprendizaje, provenía de una familia significativamente más acomodada.
Su padre era un comerciante de caucho y su madre era una directora de escuela jubilada.
Aunque aquí nos suele raro, cuando la pareja se casó Suraj recibió una dote de los padres de Uthra de 768 gramos de oro (valorados en unos 28.000 euros al precio actual), un coche Suzuki y 400.000 rupias en efectivo (unos 5.000 euros).
También, desde ese día, recibía 8.000 rupias (90 euros) al mes “para cuidar a su hija”.
La primera picadura de serpiente
Pero Uthra no estaba de suerte.
Una víbora de Russell, una serpiente de color tierra súper venenosa y responsable de miles de muertes en la India cada año, le mordió.
De urgencia la llevaron al hospital donde le tuvieron que someter a tres dolorosas operaciones para curar su pierna.
Nada menos que 52 días tuvo que pasar en el hospital, y al darle de alta decidieron que fuese a casa de sus padres, donde podría estar mejor cuidada.
Así fue el asesinato
Según el informe de los investigadores, todo ocurrió la noche del 6 de mayo.
Mientras Uthra seguía convaleciente en la cama, su marido le llevó un vaso de jugo de frutas.
Pero lo que Uthra no sabía era que su zumo estaba mezclado con sedantes, por lo que muy rápido se quedó dormida.
En ese momento, Suraj fue a por la botella de plástico y la volcó sobre su esposa, que estaba narcotizada.
La cobra de anteojos, de algo más de metro y medio de grande, cayó sobre ella.
Pero en lugar de atacarla, la serpiente salió corriendo sin hacerle nada a la esposa.
Y Suraj, que no estaba dispuesto a que nada estropease sus planes, la localizó en la habitación, la volvió a coger y de nuevo la soltó sobre el cuerpo dormido de su esposa.
Pero otra vez la cobra prefirió salir corriendo sin hacer daño a Uthra.
Y por tercera vez el marido cogió a la cobra.
Pero ya no quería dejar opción a otro fallo, y decidió actuar él mismo: Cogió a la cobra por su capucha y presionó su cabeza con fuerza sobre el brazo izquierdo de Uthra.
La cobra, agitada, usando sus colmillos cargados de un mortal veneno, la mordió dos veces. Y se fue a esconder en la habitación, donde pasó la noche.
Y Suraj, según los investigadores, se dedicó a lavar el vaso para borrar toda huella de la droga y a destruir el palo que le había servido para manejar a la serpiente.
También explican los investigadores que una cobra solo muerde si la provocas, que está claro que eso hizo el marido.
La madre la encontró muerta
Cuando la madre de Uthra entró en la habitación a la mañana siguiente, según se recoge en su declaración a la policía, vio a su hija acostada en la cama con “la boca abierta y la mano izquierda colgando a un lado”.
Y añade en su declaración que cuando entró, el marido también estaba en la habitación y le `preguntó: “¿Por qué no comprobaste si estaba despierta?” A lo que él respondió que “no quería perturbar su sueño”.
La familia llevó corriendo a la chica al hospital, pero los médicos ya sólo pudieron certificar su muerte y llamar a la policía.
El informe de la autopsia encontró dos pares de heridas punzantes, separadas por menos de una pulgada, en su antebrazo izquierdo.
Le hicieron la autopsia y las muestras de sangre y vísceras revelaron la presencia de veneno de cobra y fármacos sedantes.
El veneno de cobra puede matar en horas al paralizar los músculos respiratorios.
78 días después empezó el juicio
Los padres presentaron denuncia contra el marido, y el 24 de ese mismo mes de mayo, la policía arrestó a Suraj.
Desde ahí comenzó una investigación que llenó mil folios, y sólo 78 días después comenzó juicio.
Más de 90 personas, incluidos especialistas en serpientes y médicos, fueron llamados como testigos.
La fiscalía documentó su acusación contra Suraj utilizando sus registros de llamadas, el historial de Internet, una cobra muerta exhumada del jardín trasero, un alijo de sedantes en el automóvil familiar y la evidencia de que compró no una, sino dos serpientes.
Porque los investigadores dijeron que el marido también había comprado la víbora de Russell que había mordido a Uthra meses antes de su muerte.
Las pruebas
En plena vista en el juzgado, un cazador de serpientes llamado Suresh, se volvió contra Suraj y confesó haberle vendido las dos serpientes: La víbora de Rusell y la cobra de anteojos.
Un herpetólogo le dijo a la corte que era muy poco probable que una cobra hubiera entrado en la habitación de la pareja a través de una ventana elevada.
Incluso se recreó la escena del crimen, utilizando una cobra viva, un manipulador de serpientes y un muñeco de la víctima en una cama, pero…
- “Las cobras no son muy activas por la noche. Cada vez que dejamos caer una cobra sobre el muñeco acostado, la serpiente se escapaba hacia al suelo y se dirigía a un rincón oscuro de la habitación. Ni siquiera trató de morder cuando provocaron a la cobra.”.
Sólo cuando cogieron a la cobra por el cuello y la pegaron, como aquella noche había hecho Suraj, consiguieron que la cobra mordiese. Y la distancia entre las mordeduras era la misma que Uthra tenía en su brazo.
“Este es un caso de uxoricidio diabólico y espantoso”, dijo el juez Manoj, refiriéndose al asesinato de la esposa. Y condenó a Suraj a cadena perpetua.
Tres intentos de asesinato en solo 4 meses
Según los investigadores, la mordedura fatal de la cobra fue el tercer intento de Suraj, no el segundo, de matar a su esposa en solo cuatro meses.
En el mes de febrero había comprado la víbora de Rusell al cazador de serpientes Suresh por 115 euros (10.000 rupias).
Se llevó la serpiente a casa en un recipiente de plástico y la escondió debajo de un montón de leña en un cobertizo.
Luego, el 27 de febrero, Suraj liberó a la serpiente en el rellano del primer piso de su casa, dijeron los investigadores, y le pidió a su esposa que subiera a buscar su teléfono móvil.
Uthra vio a la víbora enrollada en el piso de mármol y llamó a su marido, que la recogió con un palo y salió de casa con ella… para volver la guardar e la botella de plástico.
Tres días después, la noche del 2 de marzo, Suraj volvió a intentarlo. Le dio sedantes con la comida y soltó a la víbora en el dormitorio mientras ella dormía.
Esta vez, dijeron los investigadores, la serpiente atacó. Uthra se despertó gritando de dolor, se mordió la pierna y Suraj arrojó la serpiente por la ventana.
Los casos de mordeduras de serpiente son comunes en Kerala, por lo que los padres no sospecharon nada extraño en lo ocurrido. Y si tenemos en cuenta que cada año mueren en la India 60.000 personas por picaduras de serpientes, no es tan extraño.
Pero mientras ella se recuperaba en el hospital, y luego en casa de sus padres,
Suraj se informaba en Internet sobre el manejo de serpientes y leía sobre los venenos y sus efectos, según contaron en el juicio los investigadores.
Una investigación histórica
Los investigadores dicen que Suraj había estado tramando el asesinato de su mujer desde el nacimiento de su hijo, Dhruv, en 2019.
Su historial en Internet reveló que des buscó serpientes venenosas y vio videos de serpientes en YouTube, incluido un canal de un manipulador de serpientes conocido localmente.
Uno de los videos más populares del manipulador de serpientes trata sobre la “peligrosa y agresiva víbora de Russell”.
Según los informes, Suraj les dijo a sus amigos que su esposa estaba “atormentada por la maldición de una serpiente” en sus sueños, en los que estaba “destinada a morir por una mordedura de serpiente”.
En realidad, Suraj estaba decidido a matar a su esposa, robar su dinero y casarse con otra mujer, dijeron los investigadores.
“Lo planeó meticulosamente y tuvo éxito en el tercer intento”, dijo el oficial de policía, investigador principal.
El fiscalGopalakrishnan calificó el caso de “un hito en las investigaciones policiales en India, porque los fiscales pudieron demostrar de manera indiscutible que un animal fue utilizado como arma de asesinato”.
Suraj recibió una rara doble cadena perpetua por el crimen. Y según los investigadores, en ningún momento mostró ni una sombra de arrepentimiento.