Tengo un pitido en los oídos, ¿Qué debo hacer?
Los ruidos en los oídos se denominan acufenos o tinnitus y consisten en la percepción de una sensación auditiva que no corresponde a ningún sonido real exterior.
Se puede sentir en uno o en ambos oídos o en la cabeza y suelen percibirse como si fuese un pitido, murmullo, zumbido, grillo, timbre, etc. Pueden ser pulsátiles, intermitentes o continuos.
Estos sonidos son muy frecuentes, la mayoría de la población lo ha experimentado en alguna ocasión y entre el 10-15% de los adultos lo padecen de forma crónica durante periodos de más de tres meses, lo que en ocasiones les afecta a la calidad de vida y provoca trastornos del sueño, incapacidad para concentrarse, ansiedad y depresión.
Son más frecuentes en países industrializados, en mayores de 50 años o en individuos expuestos a ambiente ruidoso. A veces se asocian a disminución de la audición.
Cuando son pulsátiles pueden deberse a problemas vasculares en cabeza o cuello en relación con estrechez arterial, hipertensión, problemas cardíacos, etc.; recomendándose estudio médico.
Si no son pulsátiles pueden estar provocados por problemas del oído como infecciones, o tapones de cerumen, otras veces por ciertos fármacos (algunos antiinflamatorios, antibióticos, antineoplásicos, diuréticos etc. pueden causarlos), etc.
Para su valoración es importante saber como son, donde se localizan, su repercusión en la calidad de vida, síntomas acompañantes, factores desencadenantes, enfermedades del que los padece y fármacos que se está tomando. Puede ser recomendable para su estudio una exploración otorrinolaringológica y cardiaca que suele ser normal. En ocasiones pueden necesitarse otras pruebas como audiometría, o pruebas de imagen, en función de la sospecha diagnóstica.
Requieren estudio médico más exhaustivo para descartar posibles causas secundarias en casos de acufenos unilaterales, pulsátiles, que interfieren de forma continuada en la calidad de vida, que se asocien con importantes dolor de cabeza, con cambios visuales, con sordera súbita importante, con alteraciones neurológicas o los que se producen tras un traumatismo craneoencefálico o cervical.
Generalmente son intermitentes, no se relacionan con problemas relevantes de salud y disminuyen o remiten de forma espontanea sin que precisar ningún tratamiento. A veces se aconseja terapias de adaptación y enmascaramiento del pitido con otros sónidos (música, audífonos) para reducir su intensidad y el impacto en la calidad de vida. Se recomienda eludir o tratar el factor desencadenante si existe, moderación en el consumo de sal y cafeína evitar el alcohol y tabaco e intentar disminuir el estrés laboral o familiar.
Para prevenir su aparición lo más eficaz es la protección frente al ruido y evitar la exposición a otros posibles factores de riesgo.