Pásalo utiliza cookies propias y de terceros para analizar tráfico y para publicidad. Si sigues navegando aceptas nuestra Política de Privacidad.

Santa Ángela Merici, virgen, fundadora de las ursulinas (1540)

Santa Ángela Merici, ‘italiana’ nacida en el siglo XV, fue la fundadora de las Ursulinas, primera congregación femenina dedicada a la enseñanza. Y su nombre se debe a Santa Úrsula, patrona de las universidades medievales, a la que el pueblo veneraba como guía del sexo femenino.
autor Rocío Díaz
tiempo de lectura 5 min
Actualizado: 1 may 2022Publicado: 21 mar 2022

Santa Ángela nació el 21 de marzo de 1470 o de 1474, en Desenzano, a orillas del Lago de Garda en la provincia de Brescia, región de Lombardía.

Sus padres la educaron cristianamente y ambos murieron cuando Ángela tenía diez años. Dejaron a sus dos hijas y a su hijo al cuidado de un tío acomodado que vivía en Saló.

Cuando Ángela tenía trece años murió su hermana mayor, y a la pena de verse separada de quien era para ella como una segunda madre, se añadía la incertidumbre acerca de su suerte eterna, ya que su hermana, una buena mujer, piadosa y de sólidos principios, no había podido recibir los últimos sacramentos.

Las primeras visiones de Ángela

Ángela tuvo, por entonces, la primera de sus numerosas visiones, y en ella le fue revelado que su hermana se había salvado.

Llena de gratitud, Ángela se consagró con mayor ahínco que antes al servicio de Dios y, poco después, tomó el hábito de terciaria franciscana.

Llevaba una vida extremadamente austera.

  • A imitación de San Francisco, no quería poseer nada, ni siquiera una cama, y se alimentaba exclusivamente de pan, agua y algunas verduras.

Angela volvió a Desenzano después de la muerte de su tío, hacia los veintidós años de edad.

En sus visitas a los vecinos, quedó sorprendida por la total ignorancia de los niños de su pueblecito natal, a quienes sus padres no podían o no querían enseñar ni siquiera lo más elemental del catecismo.

Poco a poco se sintió llamada a remediar ese estado de cosas y habló de ello con algunas amigas.

La mayoría de ellas eran terciarias franciscanas o jóvenes de la clase social de Ángela, con poco dinero y menos influencia, pero dispuestas a seguir generosamente a la santa.

Santa Ángela Merici: belleza, encanto… y dotes de mando

Ángela era de baja estatura, pero tenía todas las cualidades de un jefe y no carecía de belleza y encanto. Encabezadas por Ángela, las buenas mujeres empezaron a reunir a las niñas de la vecindad y a educarlas sistemáticamente.

La obra, que había tenido comienzos tan humildes, prosperó rápidamente, y se invitó a Ángela a fundar, en Brescia, una escuela semejante. La santa aceptó y recibió cordial hospitalidad en la casa de un noble matrimonio al que había consolado en un momento de tribulación. Por medio de sus huéspedes, entró en contacto con las principales familias de Brescia y se convirtió en la inspiradora de un devoto círculo de hombres y mujeres.

De cuando en cuando, hacía una peregrinación a algún santuario. Se hallaba en Mántua, a donde había ido para visitar la tumba de la Beata Osanna, cuando aprovechó la oportunidad que se le ofreció para acompañar a Tierra Santa a una joven pariente.

Antonio de Romanís, un mercader ya anciano, sufragó los gastos de Angela.

En Creta sufrió un ataque de ceguera

En Creta, la Santa sufrió un ataque de ceguera. Sus compañeros le propusieron volver a Italia, pero ella se negó a hacerlo y visitó los Santos Lugares de Palestina con tanta devoción, como si los viese con los ojos del cuerpo.

En el viaje de vuelta, cuando se hallaba orando exactamente en el mismo sitio en que había sido atacada por la enfermedad, recobró la vista.

El Año Santo de 1525, Angela fue a Roma para ganar la indulgencia del jubileo y tuvo el privilegio de obtener una audiencia privada con el Papa.

Clemente VII hubiese querido que se quedara en Roma a dirigir una congregación de religiosas hospitalarias, pero la santa declinó respetuosamente el honor, por humildad y por fidelidad a su verdadera vocación. Y volvió a Brescia.

Sin embargo, tuvo que abandonar pronto la ciudad, porque, cuando las tropas de Carlos V estaban a punto de tomarla, pareció conveniente evacuar el mayor número posible de civiles.

Angela se trasladó a Cremona con algunas de sus amigas y ahí permaneció, hasta que se firmó la paz.

Brescia recibió a Santa Ángela de Merici como una santa

Los habitantes de Brescia la recibieron jubilosamente a su regreso, pues admiraban su caridad, su don de profecía y su santidad.

Se cuenta que, poco después, mientras asistía a la misa, fue arrebatada en éxtasis y estuvo largo tiempo suspendida en el aire, a la vista de numerosos testigos.

Algunos años antes, en Desenzano, Santa Angela había tenido una visión de un grupo de doncellas que subían al cielo por una escala luminosa y había oído una voz que le decía:

  • “Ten buen ánimo, Angela, porque antes de morir vas a fundar una compañía de doncellas como las que acabas de ver”.

Ahora había llegado el tiempo del cumplimiento de esa profecía. Según parece, hacia el año 1533 la santa empezó a formar a varias jóvenes selectas en una especie de noviciado informal.

Doce de esas jóvenes se fueron a vivir con ella en una casa de las cercanías de la iglesia de Santa Afra, pero la mayor parte siguió en la casa de sus padres o de sus parientes.

Dos años después, veintiocho jóvenes se consagraron al servicio de Dios.

Ángela las puso bajo la protección de Santa Úrsula, la patrona de las universidades medievales, a la que el pueblo veneraba como guía del sexo femenino.

25 de noviembre de 1535 funda las Ursulinas

Por ello, las hijas de Santa Ángela han conservado hasta nuestros días el nombre de “Ursulinas”. El 25 de noviembre de 1535, fue la fecha oficial de la fundación de la Orden de las Ursulinas.

Sin embargo, en la época de la fundadora, se trataba más bien de una asociación piadosa, ya que sus miembros no llevaban hábito (aunque se les recomendaban los vestidos negros), no hacían votos y no vivían en comunidad.

Las Ursulinas se reunían para la enseñanza y la oración, ejecutaban trabajos que se les encomendaban y procuraban llevar vida de perfección en la casa paterna.

La idea de una orden femenina de enseñanza era tan nueva, que hacía falta tiempo para que la cristiandad se acostumbrase a ella.

Sin embargo, pese a los cambios y modificaciones que han sufrido, las Ursulinas conservan, hasta el día de hoy, la finalidad para la que fueron creadas: la educación de las niñas, sobre todo de las niñas pobres.

En las primeras elecciones, Santa Ángela fue nombrada superiora y ejerció ese cargo durante los cinco últimos años de su vida. A principios de enero de 1540, cayó enferma y murió el 27 del mismo mes.

En 1544, una bula de Paulo III confirmó la Compañía de Santa Úrsula y la reconoció como congregación. La fundadora fue canonizada en 1807.

Noticias | Salud | Religión | Viajando con Héctor | Curiosidades | Deportes
Política de Privacidad