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El peligroso y letal síndrome de Montgomery Burns

autor Enzo Argüelles
tiempo de lectura 1 min
Publicado: 30 dic 2012

Los Simpson han sido tan populares en los últimos 23 años porque no hay un programa que refleje la cultura estadounidense como ellos. Además, de que emular dicha cultura equivale a activar el modelo de “Sueño Americano” que tenemos en el subconsciente los ciudadanos de la mayoría de los países del mundo.

Como seguidor de Los Simpsons, me preocupaba el hecho de no poder relacionar mi admiración por esos dibujos animados con mi pasión por la economía, pero en una repetición de un capítulo de hace 10 años encontré la respuesta.

En la serie, Montgomery Burns es el hombre más rico de la ciudad, dueño del reactor nuclear de Springfield y que ejerce poderes especiales sobre las autoridades y los medios de comunicación. Solitario: no tuvo familia, no tiene amigos, sólo cuenta con la leal e incondicional compañía de su eterno asistente Wuándulo Smithers.

La raíz del problema del Señor Burns quedó evidenciada en ese capítulo, al decir la siguiente frase: “Tengo tanto, pero todo lo cambiaría por un poco más”.

Allí queda evidenciado que el personaje ficticio sufre de una avaricia extrema, que su centro de vida es el dinero y que, sin lugar a dudas, haría lo que fuera por ampliar su cuenta bancaria.

De nuevo, no hay un programa que refleje la cultura estadounidense como Los Simpson, de modo que el programa seguirá aunque la Cadena Fox y News Corp tengan que pedir prestado para que continúe.

Los indignados de Occupy Wall Street no enfilan sus cañones contra la oligarquía militar, causa primaria de los déficits estatales que imponen los recortes de los programas sociales, lo que trae desempleo. Su target es aquel grupo de personas que, según ellos, estás viciados por la avaricia o, tienen el peligro y letal síndrome de Montgomery Burns.

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