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En una noche del demonio, Manchester se llenó de ángeles para ayudar a las víctmas

autor Enzo Argüelles
tiempo de lectura 4 min
Actualizado: 29 may 2017Publicado: 23 may 2017

Paula Robinson es ya conocida con ‘El Ángel de Manchester’ y considerada una heroína por toda la ciudad. Ella fue la que nada más explotar la bomba, viendo la cantidad de niños que empezaban a caminar sin rumbo, cogió nada menos que a 50 y se los llevó al Holiday Inn para cuidarlos y mantenerlos a salvo.

En las mayores tragedias provocadas por lo peor del hombre suele aparecer lo mejor del ser humano. Mucho mejor y mucho más abundante. Y Manchester no ha sido una excepción. En una jornada de dolor, angustia y rabia contenidas, aparecieron ángeles dispuestos a cuidar de todos aquellos que lo necesitasen.

Paula Robinson es quizás la más famosa a estas horas, por la cantidad de niños que recogió y lo que movió y removió para anunciar que cuidaría de los 50 niños, contar dónde estaban y quiénes eran (los que habían sido capaces de dar sus nombres) e intentar ponerse en contacto con sus familiares para que los recogiesen lo antes posible.

Escribió la señora Robinson en Iternet: “Tenemos cerca de 50 niños con nosotros a la espera de ser recogidos, están seguros y vamos a cuidar de ellos. Pero por favor, publiquen por todas partes sus nombres para que cualquier padre con un hijo aquí pueda saber lo antes posible que está con nosotros, que está bien y que lo vamos a cuidar en el Holiday Inn.

Trabajadores de la salud volcados

Mientras tanto, trabajadores de salud que estaban Manchester asistiendo a un congreso, se lanzaron de inmediato para ayudar a cuidar a los heridos en la explosión y apoyaron a los médicos y enfermeras locales que hacían horas extras para ayudar a los heridos y a los moribundos.

Un equipo de enfermeras locales de presentaron en el Manchester Arena con sus uniformes azules para ayudar en lo que hiciera falta.

Esta mañana muchísimos voluntarios han aparecido en el estadio Etihad, el del Manchester City, ofreciendo ayuda a las personas que se encuentran allí refugiadas.

Muchas personas aparecieron por el vestíbulo del Manchester Arena con bolsas de comida para los heridos, sus familias y el personal que les atendía.

Dos mujeres se presentaron en el estadio del City con dulces y revistas para los niños que esperan allí a ser recogidos.

#roomformanchester

El ‘Manchester Evening News’ (periódico local) abrió una campaña de crowdfunding para apoyar a las familias de los muertos y heridos en el ataque, y en solo unas horas había recaudado £ 180.000.

Hayley Adamson, 23 y amapola Collin, 25, que son dueños de un negocio de preparación de alimentos, abrieron su ‘tienda’ y cogieron de todo para los niños tras escuchar una petición en la radio: “Nos llevábamos comida, revistas, dulces, chocolate, patatas fritas, sándwiches, cualquier cosa que pudiese hacer falta.

Además, se puso en marcha, con el hashtag #roomforManchester un movimiento vecinal para que muchísimas personas ofrecieran sus hogares o sus casas a quienes lo necesitasen.

Empresas, locales y bares permanecían abiertos para ofrecer bebidas calientes y refugio a cualquier persona afectada, y algunos cafés continúan dando comida gratis y bebidas a los miembros de los servicios de emergencia.

Cientos de personas hacen cola para donar sangre en el Centro de Donantes del centro de Manchester.

Un vendedor de camisetas

Un abuelo de 60 años, albañil retirado, utiliza las camisetas que vendía fuera del Arena para intentar hacer torniquetes con ella a un herido: “Me di cuenta enseguida de que era una bomba. Se podía oler. Olía como un fuego artificial pero mucho más picante. Estaba empezando a huir cuando vi a una persona con los brazos y las piernas colgando. Yo cogí mis camisetas, las até alrededor suyo para intentar ayudarle y me puse a gritar pidiendo un médico. Además estaba allí su hija. Estaba histérica y yo sólo intentaba consolarla y ayudar a padre con mis camisetas.”

Otro ciudadano escribía en twitter que “si alguien necesita un sofá, un cargador, una bebida o cualquier cosa, que me lo diga”.

También los taxistas apagaron sus contadores y se pusieron a hacer viajes gratuitos para quienes lo necesitaban. “Había mucha gente y muchos eran muy jóvenes, No tenían dinero para un taxi. Así que apagamos los taxímetros y comenzamos a hacer lo que creíamos era nuestro deber. Somos parte de Manchester y era nuestro trabajo para asegurar que la gente pudiese llegar a casa sana y salva.”

Otro vecino tuiteaba: ‘Estoy 10 minutos del Arena y si alguien necesita alimentos o bebidas o cargar su teléfono o un sofá o lo que sea, que cuente conmigo”.

Martine Felicia escribió: ‘¿Necesita ser llevado a casa? ¿Necesita un lugar para pasar la noche? Puedo ofrecer ambas cosas.’

Fue una noche de terror en la que salió lo mejor del ser humano y de una ciudad, Manchester que hoy está más unida que nunca.

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